El helado tiene una historia que inicia en las montañas, cuando muchos siglos antes de Cristo los chinos acostumbraban a mezclar la nieve con miel y frutas. Por su parte, los Califas de Bagdad preparaban sharbets, una mezcla de nieve con zumos de fruta cuyo nombre significa bebida.
Helado es un término muy general, pues muchas veces se utiliza para hablar de nieves, gelatos o sorbetes. El helado, tal y como lo conocemos actualmente, existió hasta que un cocinero francés mezcló el hielo con leche. Justamente ahí es donde radica la particularidad del helado.
En México se reconoce como helado cuando en su preparación contiene cremas o una base láctea. Por su parte, la nieve generalmente se elabora con jugo de frutas, a base de agua y se mezcla a mano con una pala de madera.
La nieve es parte de la gastronomía mexicana. Su consumo data de la época prehispánica cuando el rey Moctezuma comía nieve traída del volcán Popocatépetl; sin embargo, de acuerdo con una encuesta, realizada por el Gabinete de Comunicación Estratégica, el 85% de la población mexicana le gusta el helado y lo prefieren más que la nieve.
Otro tipo de “helado” es el gelato, se elabora a menor temperatura que el helado; lleva una base láctea y durante su proceso de elaboración utiliza una menor cantidad de aire que otras variedades.
La última variante es el sorbete, muy similar a la nieve pero con una mezcla de agua y glucosa. Además tiene una textura muy ligera que permite consumirlo como bebida y agregarle alcohol.
El helado es un alimento importante en toda dieta variada y equilibrada. Su elaboración a base leche y sus derivados; azúcares; grasas vegetales; frutas o saborizantes; huevo y sus derivados lo hace ser un buen complemento, ya que aporta vitaminas, minerales, calorías y proteínas. |